El futuro del ahorro en comunidad llega pronto
Miles de personas en Latinoamérica y el mundo llevan generaciones ahorrando en grupo, pero ahora podrán hacerlo de forma digital, segura y con beneficios globales
Doña Marta y su Cuchubal en Guatemala
Marta, una vendedora en el mercado de Chimaltenango, siempre soñó con comprar una refrigeradora para su puesto de lácteos. Con su bajo ingreso, ahorrar sola era casi imposible. Se unió a un cuchubal con otras 12 vecinas.
Cada semana aportaban Q50 y cuando llegó su turno, recibió de golpe Q2,600. Ese dinero le permitió comprar la refrigeradora, aumentar sus ventas y mejorar la calidad de sus productos.
Carlos y el Ajustón en El Salvador
Carlos, un joven barbero en San Salvador, quería comprar equipo nuevo para su barbería.
Se unió a un ajustón con sus amigos, quienes aportaban cada quincena. Cuando le tocó recibir, obtuvo $1,200. Con eso renovó sus sillas y compró herramientas profesionales.
Hoy, su barbería es punto de encuentro del barrio y ha duplicado sus clientes.
Sandra y la Natillera en Colombia
Sandra, profesora en Medellín, se unió a una natillera en diciembre. Cada mes, ella y sus colegas aportaban una parte de su salario.
Al final del año, Sandra recibió más de $1,500 que usó para viajar con su familia y pagar matrículas escolares sin endeudarse.
Don Luis y la Tanda en México
Don Luis, taxista en Ciudad de México, siempre batalló para ahorrar.
Al unirse a una tanda con otros conductores, aportaban $100 cada semana. Cuando llegó su turno, recibió $4,000 y pudo reparar su taxi, lo que le permitió trabajar más horas y mejorar sus ingresos familiares.
José y la Susu en Dominicana
José, motoconchista en Santo Domingo, se unió a una susu con otros 10 compañeros de trabajo.
Cada semana aportaban RD$500. Cuando fue su turno, recibió RD$5,000 y compró un nuevo casco y llantas para su moto. Esto le dio más confianza a sus clientes y más carreras al día.
Ravi y el Chit Fund en India
Ravi, conductor de rickshaw en Bangalore, siempre quiso comprar un rickshaw propio para dejar de pagar alquiler.
Se unió a un chit fund con 15 vecinos. Tras meses de aportes, recibió ₹80,000 ($950) y dio el enganche de su vehículo. Ahora trabaja más horas y su ingreso se triplicó


